El
arte nos puede permitir entender en qué consiste el fenómeno de la
“observación” a nivel cuántico.
Aquello
que produce el colapso de la función de onda es algo similar a la “
observación” que realiza el artista el cual, a través del tipo de expresión de
que se trate, materializa una de las infinitas posibilidades que la combinación
probabilística de opciones permite.
El artista “escoge” una opción de entre todas
las posibles y la plasma en algo real
generando así su obra.
Un
escultor da forma a un trozo de materia según un plan preconcebido que
inicialmente sólo existe en el mundo abstracto de las “ideas”. Un pintor
realiza idéntica tarea mediante la cual se “transporta” una idea a un lienzo. Un
escritor piensa y escoge su composición la cual, en función de su capacidad
para ser plasmada en un texto, nos resulta accesible mediante códigos que todos
entendemos.
El
arte es creación y nuestra realidad proviene asimismo de una creación.
La
música es, de entre todas las artes, la que más dificultad y precisión ha ido
exigiendo y proporcionando a los artistas .
La música exige pensar, transportar y, en
algunos casos, ejecutar en un ejercicio muchas veces plural que necesariamente
exige combinar varias voluntades humanas a la vez. El músico “imagina” su
música mezclando y escogiendo en su mente de forma previa esos sonidos que
luego, obligatoriamente, van a ejecutarse generando una realidad “plural” pero,
a la vez, unitaria.
Una
pregunta interesante es la de si, antes de su ejecución material, es decir
cuando la música está todavía en la mente del músico, es ya “música” o la misma
sólo existe realmente cuando se “observa” al ser interpretada.
Es
imposible no encontrar una bella similitud entre la música como fenómeno y la
“realidad borrosa” que ofrece el mundo cuántico .
Así,
la concreción del colapso de la función de onda que se produce en la “realidad
cuántica borrosa” bien pudiera ser la misma que la que permite al músico escoger
entre las múltiples combinaciones musicales y su posterior “singularización,”
al ser “observada” o “escogida” para, finalmente, ser “escrita” en notas sobre
partituras.
Una
orquesta sinfónica es la mejor y mayor manifestación de creación artística
humana porque exige la combinación de muchas personas en la ejecución de la
idea previa del artista.
Quizás
sea esta la forma en que se colapsan las funciones de onda en la realidad
cuántica de manera que no sea “una” observación la que nos ofrece la realidad
sino el conjunto de aquellas que, en cada instante, provocan la existencia
combinada de seres humanos.
En
ese sentido sí que podría afirmarse que el Universo se conoce a si mismo
gracias a los seres humanos que lo “observan” pues, sin ellos, es difícil creer
que pudiera confirmarse su existencia: ¿ quién “vería” el Universo si no
existiesen los humanos? y, por lo tanto: ¿si nadie lo “viese”, existiría?.
Una
vez sordo Beethoven siguió componiendo porque, en realidad, su dominio de la
técnica para “transportar” sus ideas desde su mente a la notación musical era
tan grande que, sin duda, podía “imaginar” los sonidos que, posteriormente, una
ejecución combinada de músicos iba a reproducir. Entonces, ¿ la música ya era tal
en la mente de Beethoven antes de ser interpretada, es decir, existía antes de
su ejecución material?.
Si la
respuesta a la última pregunta fuese positiva estaríamos afirmando que la mente
·humana es capaz de crear “realidades” antes de su mera materialización o, si
se prefiere, que es precisamente la mente humana la que crea la realidad al
imaginarla.
Según esto la novena de Beethoven no es más
que la transcripción en códigos (que permiten su ejecución material) de una
“idea” previa que necesitó la mente de ese músico para concretarse pero que,
como probabilidad, “preexistía” al propio músico, el cual “sólo”
singularizó su “existencia” al
imaginarla y “escribirla”.
Esto es lo mismo que decir que “toda” la
música ya existe como mera probabilidad pero que necesita de la mente del ser
humano para que se concrete y sea
“real”, es decir, material. También es lo mismo que decir que Platón tenía
razón.
El
Universo, en ese sentido, pudiera ser tan enorme y vasto porque en realidad
está esperando ser “concretado” en una especie de necesaria combinación que se
produce a medida que la “vida” le exige opciones para que se concreten.
La
teoría de la Relatividad de Eisntein no existió hasta que fue pensada pero, en
realidad, lo que hemos entendido es que con ella lo que se produjo es una
concreción descriptiva de la realidad, la pregunta es : ¿ seguro que la
relatividad existía como fenómeno previo a su concreción por Einstein o es a
partir de que fue “pensada” que la misma existe?.
¿ No es la mente humana la que escoge y predetermina la
realidad?.
Puede
parecer absurdo pero si nos olvidamos del ser humano y pensamos sólo en el
fenómeno de la “vida” este camino puede tener un sentido.
¿ Cómo era el Universo para la primera arquea ,
bacteria o célula viva que existió?.
Pues,
seguramente para esa inicial bacteria el Universo era sólo aquello que podía
“conocer” por el intercambio químico que implicaba su existencia, el resto le resultaba desconocido porque no lo "necesitaba" para existir.
A
medida que la “vida” evolucionó los seres vivos necesitaron que la realidad se
fuese adaptando a ellos, de manera que en realidad la evolución de los seres
vivos en sus múltiples ramificaciones ”supone, para cada especie, un
“universo” distinto en función de los “sentidos” y capacidades de percepción de las que disponen.
Para
un pez su “Universo” es el agua porque, fuera de ella, ni siquiera puede
existir.
Nosotros,
que tenemos mejor y mayor capacidad para “percibir” la realidad mediante
nuestros sentidos, sabemos que el universo del pez está “subsumido” en un
Universo mayor, el que nosotros conocemos pero,
realmente, ¿ lo que percibimos con nuestros sentidos es todo lo que existe?, ¿
y si en otra medida nosotros somos como los peces?.
El
ser humano puede “imaginar” y esa capacidad de crear realidades previas, en
nuestra mente, a veces modifica la realidad, eso es lo que hacen los artistas
al “ transportar” sus obras a la realidad material.
¿ Y
si los científicos “produjesen” asimismo la realidad?.
En
la próxima entrada veremos cómo existen ejemplos sobre esta posibilidad.
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